El director del Centro Tecnológico de Recursos Vegetales destacó el rol de la investigación e innovación como «herramientas clave para enfrentar los desafíos del cambio climático, la globalización y las transformaciones socioculturales que están ocurriendo en el mundo”.
“La crisis hídrica es una de las consecuencias más severas del cambio climático en Chile, pues ya no se trata de un evento reversible, sino que es una condición que llegó para quedarse”. Así lo advirtió el director del Centro Tecnológico de Recursos Vegetales (CTVR), Dr. Juan Velozo, quien reiteró la urgencia de “una transformación tecnológica y cultural en pos de un manejo eficiente del recurso hídrico”.
Para el magíster en Cs. mención Botánica, «es necesario combatir la crisis hídrica con múltiples sistemas de innovación que trabajen en conjunto”, añadiendo que “la adopción de estas nuevas tecnologías permitirán el desarrollo sostenible de actividades económicas como la agricultura y apicultura”.
En respuesta a las necesidades de innovación en la materia, el Dr. Juan Velozo ha liderado durante 7 años consecutivos el desarrollo de un modelo de producción sostenible para agroapicultores. Se trata de un sistema de cultivo doble propósito de alforfón y miel, el cual se convirtió en el primer caso de éxito de transferencia tecnológica de la Universidad Mayor.
“El tema del cambio climático venía en aumento en esa época, por lo que incentivó el enfoque del proyecto con resultados exitosos, no obstante la sequía siguió empeorando”, explicó Velozo.
“El año 2019 tuvimos la condición más compleja por déficit de agua de los últimos 50 años, por lo que la productividad apícola cayó un 50%, entonces surgió el planteamiento de cambiar la producción de miel de los cultivos de alforfón por el comercio y producción de abejas”, señaló el investigador.
De esta manera, la tecnología transferida a beneficiarios agricultores de la Región de O’Higgins, no sólo contribuyó al cultivo de superalimentos en zonas afectadas por la sequía, sino que también al proceso de polinización de cultivos agrícolas por medio de la exportación de material biológico apícola.
“Con la transformación productiva en la actividad apícola nos fue excelente, porque en una superficie pequeña de una hectárea se podrían llegar a producir 200 paquetes de abejas para ser comerciadas en el hemisferio norte y Europa”, explicó el experto.
¿Cuáles son sus proyecciones y expectativas en relación al proyecto de exportación de material biológico en Chile?
-Este año esperamos exportar en la sexta región cerca de 11mil abejas reinas a Canadá. Seguiremos con procesos de capacitación a apicultores y nos enfocaremos en el mejoramiento genético para mantener la calidad de sus apiarios. Hemos empezado a introducir conocimiento sobre la selección adecuada del material biológico, también en los aspectos de sanidad de la flora silvestre para hacer sostenible la apicultura.
Desde una perspectiva medioambiental y de combate contra el cambio climático ¿Cuál es el rol de la innovación y transferencia tecnológica en esta materia?
-La investigación debe estar al servicio de la comunidad y eso lo hace a través de la innovación y transferencia tecnológica. Son herramientas que nos permiten adaptarnos a los desafíos de la globalización y el cambio climático, así como también a los cambios socioculturales que están ocurriendo en el mundo. En el contexto de la agricultura, llevamos cerca de 15 años en el proceso de restricción hídrica, por lo que es la actividad económica principal donde deberíamos hacer mejores avances en la diversificación de los sistemas de riego. También se requiere capacitación, educación y apoyo del Estado para estimular ese cambio a nivel nacional e internacional. En la actualidad podríamos decir que estamos atrasados en esta materia; si hipotéticamente este año el déficit de agua incrementara, no tenemos cómo responder porque el cambio climático se ha adelantado a nuestra capacidad de respuesta.
